¿Puedes amarte? ¿Puedes amarlos?

El teatro de los personajes que quieren ser líderes sin antes haberse permitido ser guiados, es para reírse. Si verdaderamente nos damos cuenta de la jerga detrás del telón, no podemos sino por menos disfrutar de la función.

Esta proyección es sólo un reflejo consistente y claro de aquello que por nuestra mente pasa desapercibido. ¿Vemos ataques? ¿Discordia? ¿Competencia desleal? ¿Intentos de sobreponerse y defender a morir el guión aprendido del personaje salvador, preparado y a la vez… santurrón? Bueno…si es así, atrevámonos a ver nuestro interior por un momento. ¿Hay algo de todo eso que vemos en los políticos? ¿Acaso no defendemos nuestra postura ante una situación de pareja, con la familia o en el trabajo creyendo que estamos en lo correcto y que el otro se ha equivocado? Y, ¿hasta dónde estamos dispuestos a llegar por defendernos?

Con respecto a la discordia, la competencia o los ataques descarados para imponernos al otro…basta con que recordemos alguna vez que hayamos hecho algo parecido con alguien o con nosotros mismos para darnos cuenta de la locura de criticar a los políticos sin ver de dónde proviene la crítica. Sí, ya has de pensar…si viene de mí entonces lo veo afuera. Y es correcto, no podemos ver nada fuera que no esté dentro. Si aún no hemos amado en nosotros esos aspectos que tanto criticamos en los demás, por seguro que los seguiremos viendo en ellos e intentando inútilmente corregirlos al calumniarlos, sin darnos cuenta del auto ataque que nos infligimos al hacerlo.

Los debates no distan mucho de ser intercambios como los que hacemos con los amigos, pareja o la familia a pequeña escala, opiniones basadas en el pasado –el tiempo que no puede darnos ningún tipo de aprendizaje útil–, nuestras creencias o preferencias que otros dicen en los medios masivos de persuasión o disuasión ser verdad. Nada más alejado de ella. ¿Que pasaría si te dijera que la verdad está siempre esperando ser descubierta en ti? ¿Y que habla en un lenguaje tan ancestral y comprensible que cualquiera puede entender?

Si quieres realmente comprender por qué el mundo se comporta como sucede en cada momento, haz un pequeño ejercicio de observación de tus propios juicios que haces hacia esos candidatos o gobernantes que odias, de los cuales desconfías o de los cuales sientes seguridad. Míralos en tu mente por un instante y sostenlos preguntándote a ti mismo: ¿estoy listo para amarlos a todos por igual?

No importa si no lo estás, sé honesto (a), ahí comienza tu libertad verdadera. Sólo cuando lo estés se te dará y podrás votar o no votar por nadie, sin incertidumbre, sabiendo que es sólo una función teatral montada por ti mismo en tu mente para que puedas retornar a tu cordura interna y poderte amar plenamente para así poder amar a tu país y al mundo entero.

Lo único que necesitamos como individuos, países y mundo, es estar abiertos a amar lo que no podemos aceptar: cortar manos, pies o cualquier otra cosa; difamar, acusar o mentir en contra del otro, amenazar, calumniar, agredir, gritar o huir. Dejemos de hacerlo mientras cambiamos nuestro modo de pensar con respecto a los personajes «políticos» que nos ponemos enfrente para perdonar. Sí, perdonar no por lo que han hecho sino por lo que no han hecho ni pueden hacer: cometer errores. Tal como te percibas te comportarás, tal como veas al otro te estás viendo a ti mismo.

Por: Carlos Barrón Mondragón

elecciones2018-723x347_c

 

2 comentarios sobre “¿Puedes amarte? ¿Puedes amarlos?

Replica a Anónimo Cancelar la respuesta