Siempre creí que la paz llegaría cuando algo extraordinario pasara… cuando ya no existieran los conflictos en mi vida; cuando tuviera el trabajo de mis sueños; cuando llegara mi príncipe azul… y bueno, no es que ya no desee ese tipo de cosas, sólo que hoy puedo darme cuenta que nada de lo anterior podrá brindarme la paz verdadera.
Ahora sé, porque lo he experimentado, que ningún príncipe azul, ni el ‘trabajo de mis sueños’, ni una vida sin conflictos es la paz.
Ahora sé que la verdadera paz viene de mi interior, que sólo si yo elijo vivir en armonía eso es lo que experimentaré.
Claro que para eso, la aceptación es básica, si yo no acepto lo que me da la Vida, no estaré en paz. Y ¿qué significa aceptar? No es más que dejar que la vida sea como es y permitirme sentir lo que cada situación y/o persona me genera. Observar lo que hay ahí en cada momento y no juzgarlo, sino permitírmelo.
Así es como me doy cuenta que nada ni nadie es responsable de lo que me pasa, sólo yo y mis pensamientos, de paz o conflicto, somos responsables de esta experiencia.
Te preguntas ¿por qué? … si tu pareja te acaba de hacer esto o tus papás te hicieron lo otro y por ello no puedes estar en paz ni ser feliz…
Yo también me lo pregunté por años, hasta que finalmente comprendo que si yo quiero ver conflictos y gente que me ataca eso y sólo es lo que veré y viviré, porque me estoy creyendo esos pensamientos y juicios que yo misma estoy generando.
Si en cambio, elijo ver en esas mismas situaciones, ayuda y oportunidades de perdón y liberación, mi percepción cambiará por completo, ya no veré ataque del otro, sino la ayuda que necesito y que esa persona me está brindando.
¿Puedo imaginarme una vida en la que sólo recibo lo que requiero en cada instante, en la que nada ni nadie es capaz de arrebatarme la paz y la felicidad que ya está ahí y sólo debo permitirme?
¡Sí es posible! Con un mínimo de nuestra voluntad la Vida nos lo da todo. Si estás dispuesta/o a vivir de otra manera, la Vida te proveerá de todo lo que necesitas para ello. Sólo te pide decirle Sí, dejar de atacarla y de estar en conflicto con ella, dejar de luchar… rendirte.
Y entonces te alejarás del sufrimiento y te acercarás al verdadero Amor.
Tu felicidad está a un pensamiento de distancia ❤️
