Romper las reglas establecidas por el miedo

Doblar, vencer o romper las reglas de este mundo no significa que tengamos que ser personas rebeldes que van en contra de todo aquello que juzgan como “lo que está mal” o “lo que está bien”, atacando el primero y defendiendo el segundo.

Significa darnos cuenta de que ésta vida onírica está sucediendo en nuestra mente en el presente y que nosotros somos el soñador de ella. Si no hay nadie que la esté soñando personalmente sino Universalmente, ese soñador Universal es el único que puede responder, es decir, ser responsable de tal alucinación pueril. Si ese soñador es quien ha inventado todas las reglas del juego, sólo él puede cambiarlas, doblarlas, vencerlas o romperlas. Y esto sólo puede realizarse, es decir, hacerse Real, si recuerda, observa, acepta y ama su propio juego. No hay otra salida de él.

Así, todas las leyes del juego que hemos inventado como capricho del Ser, como las del tiempo, la medicina, la nutrición, la economía, la ecología o aún las de la reciprocidad, la ética y la moral; están sólo en nuestras mentes deshacerlas. ¿Pero cómo?

Lo real no cambia, lo irreal lo hace todo el tiempo.

Las leyes de este mundo cambian con velocidades variables, unas tardan más que otras en hacerlo. Pero todas ellas tarde o temprano dejan de ser “verdad” para convertirse en obsoletas. Como lo fueron creencias tales como “la tierra es plana y los astros giran alrededor de ella”, una ley que perduró muchos años ahora ya nadie se la cree y ha dejado de ser ley. O bien las teorías que convertimos en leyes como la evolución de las especies o la “relatividad” que sólo adquieren ese status existencial por nosotros los humanos que creemos en ellas. No obstante, ¿qué pasa cuando se prueba a través de dos o más que estaban en un error?

Tarda mucho tiempo en que esa ley deje de ser aceptada, ¿cierto? Pero los humanos del año 2018 calendario gregoriano seguimos creyendo en reglas que convergen con nuestros valores, deseos y emociones para poder aceptarlas como ciertas sin cuestionarlas en absoluto. ¿Qué pasa cuando lo hacemos? Que nos damos cuenta que no eran leyes, solo teorías, es decir, creencias, supuestos, imaginación.

Por eso no hay dieta, ni medicina, ni terapia, ni moneda, ni caminos espirituales universales pues todos ellos obedecen a formas de magia que funcionan temporalmente mientras creamos en ellos otrogándoles valor, inversión energética.

La manera en que pueden entonces, doblarse las leyes, es dejando de creer en ellas y permitiendo que ese lugar que ocupaban en nuestras mentes sea rellenado por lo que estaba antes ahí: el Amor. Las leyes del Amor en realidad son Una pero se manifiestan en muchas formas infinitas, que sólo desaparecen por completo cuando ya no son necesarias, pues han cumplido su única función: reflejar el recordatorio de la Verdad, el Ser Uno.

Por: Carlos Barrón Mondragón